La primera constitución dominicana se promulgó el 6 de noviembre de 1844 en la ciudad de San Cristóbal. Aproximadamente ocho meses después de la declaración de independencia.
Esta primera carta magna no fue lo que debió ser. Debió ser un documento que garantizara los derechos fundamentales de los ciudadanos de la naciente República Dominicana. Pero lejos de esto fue una constitución hecha a la medida de Pedro Santana.
En principio los miembros de la Constituyente, encabezada por Manuel María Valencia, presentaron un proyecto constitucional liberal, el cual protegía los derechos fundamentales de los dominicanos.
Pero el general Pedro Santana lo rechazó vehementemente. Y presionó con el ejército a los miembros de la constituyente para que modificaran esta constitución e introdujeran el lúgubre artículo 210.
El artículo 210 le concedía poder ilimitado a Santana y lo despojaba de toda responsabilidad penal. Fue bajo este marco legal dictatorial que posteriormente Santana exilió de por vida al prócer Juan Pablo Duarte y fusiló a María Trinidad Sánchez, la mujer que confeccionó la primera Bandera Nacional.
De manera que, aunque hoy conmemoramos el día de la Constitución, también debemos saber que esa primera carta magna no era una guardiana de los derechos fundamentales del pueblo dominicano, sino un documento jurídico que legitimaba una dictadura